sábado, 27 de agosto de 2011

Inquietudes sobre la educación en la sexualidad -




Agradecido por tus aportes que tienen como fin limpiar de asperezas conceptuales una reflexión que tiene un fin noble y bueno por tratarse de la persona. Ello me compromete más a revisarme, por eso valoro enormemente las inquietudes que expones al escrito que indudablemente van más allá del escrito mismo.


Sabes bien que libertad y plenitud humana van de la mano y que ahí reside la verdadera educación, sin embargo sometidos a ciertas propuestas sociales amparadas por intereses que riñen con la dignidad humana dejan la sensación de un cambio de significado que permea las relaciones humanas. Soy un educador y comprendes la inquietud, sobre todo cuando nos ha tocado abordad una generación que no sabe para donde va. En este marco, los binomios que planteo en el escrito igualmente son punto de partida que requieren de una mayor reflexión a fin de darle un norte, atrevidamente lo expreso “menos engañoso” y más humano.


Desde esta situación la propuesta de un “Proyecto de educación sexual” o en la “sexualidad” así lo denomino, es una necesidad en nuestro tiempo, pero su complejidad hace que las instituciones educativas la asuman tangencialmente. No es fácil, por eso se detienen en lo más laxo o prohibitivo y no en la educable, es el punto a tratar con más detenimiento y es aquí donde la institución debe ocuparse con más preocupación. En este sentido vale la pena correr el riesgo aún con las dificultades que presenta el acto educable de los encuentros, luego engloba a la institución misma.


Al considerar que la sexualidad es una dimensión humana orientada a los encuentros de las personas, una educación en este campo es transversal no ajena al saber específico de las diferentes áreas, pues se integra al todo humano. En este sentido quiero consultarte lo siguiente:


- ¿Cómo no moralizar el discurso sobre la educación sexual sin dejar de decir qué sería lo más adecuado según las etapas psico – evolutivas?


- Lo permisivo en este campo riñe con la castidad “neo tabú” del que pareciera no se es lícito hablar. ¿En qué términos se pude hacer?


- Cómo se puede relacionar desde una educación en la sexualidad el deseo con la libertad y responsabilidad como valor social e individual?

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