sábado, 18 de abril de 2009

Somos desde los otros


Somos desde los otros, es esta una verdad que no se puede negar, y hacerlo es un contrasentido sobre todos si pensamos en la cantidad de personas que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida. Recuerdo bien aquel joven que reclamaba vehementemente sus derechos. No descansaba hasta lograr que sus padres llevaran a cabo sus exigencias sin importarle para nada los sacrificios que tenían que hacer para complacerlo. Había en él una desconsideración que reflejaba igualmente en la relación con los compañeros del colegio, con los profesores y con las personas con las que tenía alguna comunicación. Con frecuencia decía que no respondía por nadie y justificaba su actitud con aquello de que “soy libre y podía hacer lo que me de la gana”.

Me parece que igualmente es esta una actitud de un buen número de personas que defendiendo su derecho a ser libres, se olvidan de quienes caminan a su lado y obligándolos a recibir el impacto de los actos que realizan, con el agravante de que no pueden hacer ningún reclamo porque son sometidas a vejámenes y humillaciones de diferente tipo.

Considero que una manera de ir resolviendo esta forma de acercarse a los otros, es permitirnos una relación con los más cercanos, padres de familia y compañeros de estudio, mas cordial y respetuosa. Qué bueno que en las familias se eduque desde la importancia del otro, que en la educación se de punto final al arribismo y se planteen formas más comunitarias de aprendizaje en donde el individuo se enriquezca desde la responsabilidad con el grupo con el que comparte diariamente seis o siete horas de estudio.

El principio de que somos desde los otros, nos obliga a mirar en otra dirección. A pensar y pensarnos desde la responsabilidad que nos impulsa a cumplir con nuestros deberes, a pensar el proyecto de vida más desde el aspecto social que individual.


Su profesor, Ernesto Blandón Rey